El 14 de mayo de 2025, en el contexto del Jubileo de la Esperanza, el Papa León XIV dirigió un poderoso y emotivo discurso a las Iglesias católicas orientales.
Este mensaje no solo fue un acto de gratitud hacia comunidades muchas veces marginadas, sino también una hoja de ruta para la renovación espiritual de toda la Iglesia. En una época marcada por guerras, secularismo y división interna, León XIV ofreció una visión profunda de unidad, belleza litúrgica y fidelidad a la tradición.
Una Iglesia que respira con dos pulmones.
Desde San Juan Pablo II hasta el Papa Francisco, diversos pontífices han recordado que la Iglesia debe “respirar con sus dos pulmones”: Oriente y Occidente. León XIV retomó esta imagen y la desarrolló con vigor, subrayando que las Iglesias orientales no son un “apéndice” del catolicismo, sino una parte constitutiva de su alma.
Estas Iglesias, con sus 23 ritos distintos, poseen su propia liturgia, teología, estructuras y disciplinas, todas en comunión plena con el Obispo de Roma. Son verdaderamente católicas, verdaderamente apostólicas y profundamente enraizadas en la fe de los Padres.
La belleza que salva
Uno de los ejes del discurso fue la belleza de las liturgias orientales. León XIV destacó que estas comunidades conservan con reverencia el sentido del misterio, la solemnidad del culto, la fuerza del ayuno, la riqueza del silencio, la pedagogía mistagógica y el valor de la compunción. En tiempos donde la liturgia corre el riesgo de trivializarse, Oriente ofrece una experiencia viva del cielo en la tierra.
En palabras del Papa: “¡Cuán grande es la contribución que el Oriente cristiano puede darnos hoy!”.
No a la uniformidad, sí a la unidad
León XIV condenó explícitamente toda tentativa de “latinización” de los fieles orientales. Retomando la disposición del Papa León XIII en 1894, recordó que cualquier clérigo que presione a un oriental para abandonar su rito comete un abuso grave. La unidad católica no exige uniformidad: la diversidad litúrgica y disciplinar es una riqueza, no un problema.
Asimismo, el Papa pidió a los obispos latinos ayudar pastoralmente a los fieles orientales en la diáspora, permitiéndoles conservar su rito, su lengua y su identidad espiritual. La Iglesia no debe asimilar a sus miembros orientales, sino acogerlos y aprender de ellos.
Iglesias mártires
León XIV habló con fuerza sobre el sufrimiento de las Iglesias orientales en zonas de guerra: Siria, Ucrania, Tierra Santa, el Líbano, el Cáucaso, Etiopía. Las llamó “Iglesias mártires” y destacó su testimonio de esperanza en medio de la violencia. El Papa no ofreció soluciones políticas, pero hizo un llamado a la conciencia de los cristianos: orar, sostener y no olvidar a quienes viven su fe bajo el peso de la cruz.
Lecciones para toda la Iglesia
El mensaje de León XIV tiene implicaciones universales. El Papa ve en Oriente una medicina para los males de la Iglesia latina. No se trata de copiar superficialmente ritos ajenos, sino de dejarse interpelar por una espiritualidad que pone a Dios en el centro, que no negocia con el mundo, y que ha resistido siglos de persecución sin perder la fe ni la belleza.
Este discurso es también una afirmación del principio de sinodalidad: León XIV elogió el gobierno colegial de los sínodos orientales y pidió a los pastores ser ejemplo de comunión, humildad y transparencia. Oriente muestra que es posible vivir la tradición sin rigidez, y la renovación sin ruptura.
Conclusión
El Papa León XIV ha trazado un camino: abrazar el Oriente no como una curiosidad, sino como un faro. Su mensaje no es solo para los patriarcas orientales, sino para todo católico que ame la Iglesia. Hoy más que nunca, Oriente y Occidente deben caminar juntos hacia la santidad, hacia la verdad y hacia la unidad en la diversidad.
Como afirmaba san Juan Pablo II en Orientale Lumen:
“El contacto con la tradición oriental es necesario para que la Iglesia católica pueda expresar mejor la plenitud de su catolicidad.”
El Oriente católico no es el pasado. Es un pilar del futuro.
Fuentes:
Papa Francisco, Desiderio Desideravi (2022)
Discurso del Papa León XIV a las Iglesias orientales (14 de mayo de 2025)
Concilio Vaticano II, Orientalium Ecclesiarum
Concilio Vaticano II, Unitatis Redintegratio
San Juan Pablo II, Orientale Lumen
Papa León XIII, Orientalium Dignitas (1894)